Los campamentos del Frente Popular en el
Sur de Argelia, en la región de Tinduf, nuevamente se presentan como una amenaza
para la seguridad y estabilidad del Magreb.
Buenos
Aires, 28 de noviembre de 2019. El ministerio de Defensa de España tiene
información fehaciente y confiable proveniente de servicios de inteligencia
extranjeros que alertan sobre un grave e inminente atentado en los campamentos
argelinos de Tinduf que controla el Frente Polisario. Es por lo que el
ministerio de Asuntos Exteriores peninsular ha alertado a sus ciudadanos de no
viajar a Argelia (en especial a los campamentos de Tinduf), a Malí, Níger, Libia,
Mauritania o Túnez, por el riesgo de secuestros y atentados terroristas.
La
preocupación de las autoridades españolas radica especialmente en los españoles
que viajan todos los años en esta época a los campamentos de Tinduf a realizar
actividades de “turismo revolucionario”, como “cooperantes”. Precisamente,
el Frente Polisario había planificado una gran operación de propaganda, para el
sábado 1° de diciembre, llevando a 320 españoles a los campamentos en dos
vuelos chárter.
Lamentablemente
existen antecedentes de cooperantes españoles secuestrados cuando se
encontraban en esos campamentos.
El 24 de octubre de 2011, por
ejemplo, la madrileña Ainhoa Fernández Rincón, el mallorquín Eric Gonyalons y
la italiana Rosella Urru, todos ellos cooperantes europeos pertenecientes a
diversas ONG, fueron secuestrados en Rabuni, la sede administrativa de los
campamentos argelinos controlados por el Frente Polisario, mientras desarrollaban
actividades humanitarias.
En el secuestro de los cooperantes
participaron elementos del Frente Polisario comandados por Abu Walid al
Sarhaoui o Adnan Abu Walid al Sarhaoui, alias de Lehbib ould Ali ould Saïd ould
Yumani, un marroquí de origen saharaui nacido en la ciudad de El Aaiún,
posiblemente entre 1971 y 1973, durante los años de la ocupación colonial
española del Sur de Marruecos.
Abu Walid al Sarhaoui, de quien
volveremos a hablar más adelante, luego se incorporó al Frente Polisario en
1991 y recibió capacitación militar de mano de instructores militares argelinos
en la Escuela de Suboficiales y Tropas de Chabid El Ouali donde se entrenan las
milicias terroristas del supuesto “Ejército de Liberación Popular
Saharaui”, en Tinduf, Argelia. Todo ello antes de radicalizarse y
convertirse en líder yihadista.
Finalmente, los cooperantes fueron
liberados sanos y salvos previo pago de un sustancioso rescate por parte de
España e Italia. Lo que no se estableció claramente es que parte tocó a los polisarios
del rescate y que otros réditos políticos obtuvo el Frente Polisario por su
participación en las negociaciones que permitieron la liberación de los
cooperantes.
Por desgracia, este no es el único
hecho que demuestra los nexos existentes entre polisarios y yihadistas.
El 15 de febrero de este año, la
Oficina Central de Investigaciones Judiciales, el organismo responsable en
Marruecos de la lucha contra el terrorismo y la delincuencia transnacional, que
dirige Abdelhak Khayam como parte de la Dirección General de la Supervisión del
Territorio Nacional, la eficiente DGST marroquí, arrestó en las ciudades de
Laayun, Salé y Marrakech a tres individuos, de entre 24 y 30 años, miembros de
una célula terrorista del Dáesh.
En el proceso, las autoridades
antiterroristas marroquíes secuestraron documentación, uniformes y hasta una
bandera perteneciente al Frente Polisario.
Precisamente, una semana antes, en
declaraciones formuladas a la prensa, Khayam había advertido sobre los vínculos
del Dáesh con el Frente Polisario y las actividades del terrorismo yihadista en
el sur de Argelia.
Dijo el alto funcionario de seguridad
marroquí: “El Dáesh no ha desaparecido. Hubo una reubicación; se
reorganizaron en la zona sahelo – sahariana y en Libia. Donde encuentran áreas
sin ley, allí se establecen.” Para luego agregar: “El problema
se incrementa con la falta de cooperación de los argelinos y la existencia de
un área controlada por un grupo terrorista que es el Frente Polisario”.
Concluyendo: “Al Qaeda en el Magreb Islámico sigue intentando controlar
el sur de Argelia y el norte de Mali”.
UN PASADO TERRORISTA
Día a día se acumulan las evidencias
de que el Frente Polisario no es sólo una organización separatista sino, cada
vez más, un grupo terrorista y los campos de Tinduf una cantera de terroristas
con instrucción militar.
Comencemos por recordar que durante
los años en que llevaba a cabo una abierta guerra de guerrillas contra las
Fuerzas Armadas Reales de Marruecos, entre 1976 y 1991, los terroristas del
Frente Polisario no sólo atacaban instalaciones y personal militar marroquí
sino también a civiles inocentes.
Las milicias del Polisario atacaron a
empresas españolas que operaban en las provincias del Sur de Marruecos y a
barcos pesqueros españoles y de terceros países que operaban en las aguas de la
zona económica exclusiva marroquí en el Atlántico Sur.
Los pescadores españoles que faenaban
en la zona de El Aaiún o los trabajadores que picaban piedras en las minas de
fosfatos de Fosbucraá fueron aniquilados en masa. Barcos con toda la
tripulación pasada a machete, secuestros, torturas físicas y psicológicas o
fusilamientos con ráfagas de ametralladoras eran algunas de las desastrosas
“postales” que dejaron los terroristas separatistas y que nunca fueron
debidamente investigadas ni sancionadas, según afirma la Asociación
Canaria de Víctimas del Terrorismo (ACAVITE).
También ACAVITE registra que el
Frente Polisario asesinó a 289 víctimas inocentes y provocó un número aún mayor
de heridos.
El alto al fuego acordado con
medicación de Naciones Unidas, el 6 de septiembre de 1991, no puso fin a las
actividades terroristas del Polisario.
Aunque los miembros del Frente
Polisario pretendieron reconvertirse de terroristas en dirigentes políticos de
una falsamente pretendida minoría perseguida y hasta inventaron la patraña de
una supuesta República Árabe Saharaui Democrática -RASD-, periódicamente
aparecen pruebas de los vínculos entre ellos y hechos u organizaciones
terroristas.
IRÁN
TAMBIÉN PATROCIANA AL TERRORISMO EN EL MAGREB
El 1° de mayo de 2018, Marruecos
sorprendió al mundo al denunciar que la República Islámica de Irán, a través de
la organización terrorista Hezbollah, llevaba al menos dos años entrenando y
equipando con armamento sofisticado a las milicias terroristas del Frente
Polisario.
El canciller marroquí Nasser Burita
afirmó poseer “pruebas y datos” concretos de que uno o más
diplomáticos de la Embajada de Irán en Argel había participado “durante
al menos dos años” como “facilitadores” entre los
grupos terroristas Hezbollah y Frente Polisario en acciones destinadas a
instruir a milicianos del grupo separatista en “acciones de guerrilla
urbana y ataques contra el Reino de Marruecos.”
Instructores militares de Hezbollah,
en especial expertos en explosivos y en la construcción de túneles, habrían
viajado a los campamentos argelinos de Tinduf para formar a los milicianos en
tácticas de comandos, guerrilla urbana y manejo de armamento sofisticado.
También habrían suministrado al Frente Polisario misiles de fabricación
soviética SAM-9, SAM-11 y 9K34 “Strela-3”, afirmó el canciller
Burita. Todas estas actividades se efectuaron con la complicidad del gobierno
de Argelia.
Cabe mencionar que Hezbollah es una
organización terrorista islámica de orientación chií de El Líbano que, desde su
creación en 1982, recibe armas, instrucción militar y apoyo financiero de Irán.
Según la justicia argentina,
Hezbollah, en complicidad con funcionarios del aparato de inteligencia y del
servicio diplomático de Irán, llevaron a cabo los sangrientos atentados de la
Embajada de Israel en Buenos Aires (17/3/1992) y de la Asociación Mutual
Israelita en Argentina (18/7/1994). Ambos ataques explosivos provocaron, en
total, 114 muertos y 542 heridos.
Estos atentados terroristas fueron
los únicos hechos de violencia yihadista que se produjeron en América Latina
hasta el momento.
Por otra parte, la agencia antidrogas
de los Estados Unidos, Drug Enforcement Administration -DEA-,
considera que Hezbolla cuenta con extensas redes en América del Sur dedicadas
al tráfico de drogas, lavado de dinero, contrabando y otros negocios ilícitos
para financiar parte de las actividades terroristas del grupo.
La denuncia realizada por Marruecos
pone en evidencia que el Frente Polisario, pese al alto al fuego y la presencia
de la MINURSO, sigue con la complicidad de Argelia e Irán armándose y
planificando acciones terroristas en la región del Sáhara.
También indican que Irán constituye
una seria amenaza a la estabilidad internacional. No solo porque desarrolla un
programa de armas de destrucción masiva sino porque exporta entrenamiento y
armas a grupos terroristas en África y financia a partidos políticos y
organizaciones extremistas en todo el mundo como el grupo violento “Movimiento
Patriótico Quebracho” en Argentina, o el partido antisistema “Podemos” en
España.
Activistas de grupos revolucionarios,
dirigentes indigenistas mapuches, intelectuales de izquierda y simples
estudiantes progresistas son frecuentemente invitados a Teherán en el marco de
programas de “turismo revolucionario” destinado a reclutar
agentes de influencia en los países de América Latina.
VÍNCULOS ENTRE EL SEPARATISMO Y EL
YIHADISMO
En una entrevista concedida, en 2012,
al diario español “ABC”, el pretendido ministro de Defensa de la
inexistente RASD, Mohamed Lamin Buhali, reconoció la presencia de unos “20
ó 25 saharauis” formando parte de organizaciones yihadistas en el
Sahel. “Unos están con Al Qaeda, algunos de ellos puede que ya no estén
vivos y otros están detenidos. Otros, en torno a 14, están con el MUYAO”,
admitió Buhali.
Resulta evidente que, cuando un
dirigente de importancia en un grupo terrorista reconoce un hecho de estas
características es porque la cantidad de yihadistas provenientes de las filas
del Frente Polisario es mucho mayor de lo que se admite y su existencia resulta
inocultable.
Otra prueba innegable de que el
Frente Polisario mantiene vínculos con grupos yihadistas, o, al menos, de que
los campos de Tinduf constituyen una cantera de personal con preparación
militar que nutre las filas de los grupos salafistas que operan en la región
sahelo – sahariana, es el caso del antes mencionado Abu Walid al Sarhaoui.
Desde que se radicalizó y dejó los
campamentos argelinos del Frente Polisario, Walid ha formado parte de distintos
grupos yihadistas.
Al parecer comenzó su actividades
terrorista en 2011, cuando fue uno de los fundadores del Movimiento
para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO) donde dirigía
el Consejo de la Shura.
Debido a que habla tres idiomas y ha
estudiado varios años en universidades de Argelia, en el MUYAO también actuaba
como vocero. Este hecho le dio visibilidad internacional al parecer
frecuentemente en transmisiones televisivas y fotografías.
En 2013, el MUYAO y Walid tomaron
parte en la creación del grupo Al Murabitum (Los almorávides),
al fusionarse con la organización al-Muwaqi’un Bil-Dima (Los que firman con sangre), que dirigía el yihadista maliense
Mokhtar Belmokhtar, también conocido como “Bellaouar” -El
tuerto- o “Mr. Marlboro”. Apodos que recibe porque perdió un ojo
por una pedrada cuando era niño y porque en sus comienzos fue un exitoso
contrabandista de cigarrillos.
Belmokhtar fue responsable del ataque
y captura de la planta gasífera de In Amenas, situada en la provincia de
Illizi, en el sureste de Argelia, el 16 de enero de 2013, en que murieron 55
personas (32 terroristas y 23 rehenes de distintas nacionalidades).
Al Morabitun y Mokhtar Belmokhtar
adherían a Al Qaeda en el Magreb Islámico -AQMI-, la franquicia regional de Al
Qaeda.
El 14 de mayo de 2015, Adnane Abu
Walid al Sarhaoui anunció que rendiría pleitesía a Al Bagdadí y al ISIS /
Dáesh.
Inmediatamente fue desautorizado por
Belmokhtar y Wali y sus seguidores debieron dejar Al Morabitun.
En septiembre de 2016, Abu Walid al
Sarhaoui creó su propia organización yihadista: Estado Islámico en el
Gran Sahara -Imarat Mantikat al-Sahara-, que pronto realizaría diversos
ataques y atentados explosivos en Burkina Faso, Níger y Mali.
En 2017, el antiguo miliciano
polisario organizó una emboscada a una patrulla de Tongo Tongo, Níger, que dejó
un saldo de cuatro marines estadounidenses y cuatro militares nigerianos
asesinados. Por este atentado, el gobierno de Estados Unidos incluyó al grupo
en la lista de organizaciones terroristas internacionales y a ofrecer una
recompensa de cinco millones de dólares por datos que lleven a la captura o
muerte de Abu Walid al Sarhaoui.
El 29 de abril de 2019, al Sarhaoui
fue declarado emir para el Sáhara del Estado Islámico por el fallecido líder de
esta organización terrorista Abu Bakr al Baghdadi.
El pasado
1° de noviembre los terroristas yihadistas del Estado Islámico en el Gran Sáhara
atacaron un cuartel de Ejército de Malí en Indelimane, asesinando a 53 militares y un civil, solo hubo diez
supervivientes en medio de una total devastación de las instalaciones. Los yihadistas,
equipados con fusiles y lanzagranadas, huyeron y se llevaron consigo armas,
vehículos y munición. Lo más probable, como ha ocurrido en otras ocasiones, es
que hayan cruzado la frontera de Níger o Burkina Faso en busca de refugio.
Hasta
ahora, el grupo terrorista ha golpeado en Malí, Burkina Faso y Níger, pero no
en Argelia. Sin embargo, el hecho de que muchos de sus miembros sean de origen
saharaui y cuenten con familiares en los campamentos (incluso algunos ex yihadistas
han regresado a Tindouf, tras asegurar que querían reinsertarse) les facilita
la posibilidad de infiltrarse.
Un largo recorrido para un miliciano
polisario de Tindouf. Abu Wali al Sarhaoui es una prueba viviente y vigente
entre el Frente Polisario y los grupos yihadistas que asolan la región sahelo –
sahariana con sus atentados y ataques.
CONCLUSIONES
Los vínculos del Frente Polisario con
grupos, militantes y actividades terroristas son lo suficientemente evidentes
como para que el grupo separatista sea inscripto en la lista de Organizaciones
Terroristas Extranjeras tanto de los Estados Unidos como de la Unión Europea.
Los ataques contra blancos españoles
por parte del Estado Islámico del Gran Magreb responde a la presencia de un
contingente militar en Malí que colabora en la lucha contra el terrorismo
yihadista y en la capacitación de las fuerzas armadas del país saheliano. En febrero pasado, militares españoles repelieron un ataque
suicida con coche bomba contra el centro de adiestramiento del Ejército
maliense que la Unión
Europea tiene en Kulikoro (Mali). Algunas fuentes atribuyen también
este ataque al grupo de Al Sarhaoui.
Argelia es responsable de mantener y
entrenar a potenciales terroristas en esa inagotable cantera yihadista en que
se han convertido los campos del Frente Polisario en Tinduf.
Si se pretende terminar con el
terrorismo en la región sahelo – sahariana hay que comenzar por cerrar los
campos del Frente Polisario en Argelia.
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