El Rey de Marruecos ratifica las líneas de
la visión geopolítica de su reinado en el discurso con que anualmente se
conmemora la Marcha Verde de 1973.
Como todos los años al conmemorarse un
nuevo aniversario del momento en que el rey Hassan II
movilizó a su pueblo para llevar a cabo la gloriosa gesta de poner fin a la
presencia colonial en Marruecos recuperando su soberanía sobre las provincias
del Sur su hijo y heredero, Mohammed VI, actualiza su legado lanzando un
ambicioso programa de desarrollo económico y humano en esta región.
El rey Mohammed VI
ha querido que el 44° Aniversario de la Marcha Verde de 1975, fecha que
anualmente conmemora la reafirmación de la alianza que vincula indisolublemente
al pueblo marroquí con la monarquía alauí en la defensa de la integridad
territorial de Marruecos, constituya el hito inicial de una nueva etapa en la
vida de todos los marroquíes.
En este nuevo
mensaje al pueblo marroquí, el monarca alauí reiteró aspectos centrales de la
visión geopolítica que ha guiado a su reinado desde su ascenso al trono en
1999.
Ellos son, en
primer termino la reivindicación de la plena soberanía de Marruecos sobre su
territorio poniendo fin a las aspiraciones separatista que un grupo de
marroquíes de origen saharaui mantienen con el apoyo de Argelia y otros
compañeros de ruta.
Reivindicación que
no se limita a la batalla diplomática en los organismos internacionales, ni en
una mera propuesta discursiva, sino que para Mohammed VI pasa por la plena y
concreta integración de las provincias del sur al resto del Reino y el
desarrollo sostenido de esa región impulsando la actividad económica, el
desarrollo sustentable, el pleno empleo y el disfrute de los servicios sociales
(sanitario, educativos, jurídicos, etc.) en el marco de una regionalización
avanzada y de una futura autonomía.
En este sentido el Monarca ha
establecido un nuevo objetivo geopolítico para la integración territorial de
Marruecos: “enlazar Marraquech y Agadir por vía férrea, en
espera de extenderla a las demás regiones del sur, amén de potenciar la red de
carreteras” con una autopista entre Agadir y Dajla. Esta línea [férrea]
contribuirá a desenclavar estas zonas así como a promover su desarrollo y
activar su economía, particularmente en el ámbito del transporte de viajeros y
mercancías, potenciando las exportaciones y el turismo y demás actividades
económicas. De igual modo, constituirá una palanca para la creación de
numerosas oportunidades de empleo, no sólo en la región de Sus, sino también en
todas las zonas vecinas. En efecto, la región de Sus-Massa debe convertirse en
un centro económico que enlace el norte de Marruecos con su parte sur, desde
Tánger en el norte y Uxda al este, hasta alcanzar nuestras provincias
saharianas.”
Luego, el monarca ha reiterado su
firme compromiso con la participación del Reino de Marruecos en los asuntos
africanos. Para ello ha destacado que el
Sáhara marroquí es la puerta de entrada y proyección geopolítica del Reino en
África, detallando algunos de los esfuerzos realizados durante su reinado: “Hemos
colocado nuestro continente en el centro de Nuestra política exterior. Hemos
efectuado numerosas visitas a diferentes países africanos, y mil acuerdos
aproximadamente fueron firmados, abarcando el conjunto de los ámbitos de
cooperación”, concluyó Mohammed VI.
Esta intensa y
activa política exterior centrada en África, ha ganado para el rey Mohammed VI,
el título de “El africano”, con que muchos de los marroquíes lo
identifican.
En tercer término, el Rey de
Marruecos ha señalado que la integración del Reino al continente africano
comienza precisamente en el Magreb. Para ello el monarca alauí ha aprovechado
la ocasión para reiterar la necesidad de avanzar en la concordia y la
pacificación de la región magrebí como primer paso para una real y efectiva integración
económica y diplomática de los Estados que lo integran dejando de lado antiguas
rivalidades y aspiraciones hegemónicas. “Nuestro
empeño en realizar un desarrollo equilibrado y equitativo en todas las regiones
del Reino sólo es comparable a Nuestro compromiso de establecer relaciones
sanas y fuertes con los Estados magrebíes hermanos”, declaró
el monarca marroquí.
Mohammed VI ha fundamentado la
urgencia de la integración magrebí explicando los imperativos humanos y
geopolíticos de este particular momento histórico: “ La
juventud magrebí nos reclama un espacio abierto que favorezca la comunicación y
el intercambio; lo mismo que hace el sector de los negocios con las condiciones
necesarias para promover el desarrollo; nuestros socios, especialmente los
europeos, necesitan un socio eficiente; nuestros hermanos subsaharianos esperan
la contribución de nuestros países en los grandes programas y desafíos que el
continente afronta y nuestros hermanos árabes desean la participación del gran
Magreb, en la construcción de un nuevo orden árabe.”
Como en otras ocasiones, el discurso del 44°
Aniversario de la Marcha Verde ha servido para mostrar que el rey Mohammed VI
es un verdadero estadista que trabaja activamente y responsabilidad pensado en
el futuro del Reino y en el legado de prosperidad y desarrollo que dejará para
las futuras generaciones.
También muestra a un Marruecos pujante y
estable que se proyecta cada día más como un actor central en la política
africana, en el mundo árabe y en la región mediterránea. Escenarios donde
precisamente no abunda el crecimiento económico, la estabilidad política e
incluso donde la paz suele ser un bien escaso.
En los últimos veinte años del reinado de
Mohammed VI, Marruecos se ha convertido claramente en una potencia emergente en
el escenario internacional a la que hay que tomar cada día más en consideración
en los asuntos mundiales.
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