La
cumbre entre los reyes Mohammed VI de Marruecos y Abdala II de Jordania permitió avanzar hacia
una asociación estratégica entre ambos reinos de cara a la próxima reunión de
la Liga Árabe, en Túnez, el domingo 31 de marzo.
El
encuentro de amistad y trabajo entre los reyes Mohammed VI y Abdala II, en
Rabat, esta semana ha servido para profundizar aún más la asociación
estratégica pluridimensional entre ambos reinos y fijar pautas comunes para la
próxima reunión de la Liga Árabe, un bloque regional signado en este momento
por enfrentamientos y divisiones.
La
Liga Árabe se reunirá el próximo domingo 31 de marzo en Túnez en un momento en
que se han incrementado las tensiones Medio Oriente por las recientes medidas
adoptadas por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, los problemas
de gobernabilidad que enfrentan los presidentes de Argelia y Sudán (ausentes a
la reunión), los conflictos en Libia y Siria, la reconstrucción de Irak y los
enfrentamientos entre los países del Golfo.
La
visita del rey Abdala II, respondió a una invitación de su homólogo marroquí y
constituye el segundo viaje de este tipo del monarca hachemita a Rabat en dos años, tras su
viaje de marzo de 2017.
Ambos
monarcas dedicaron largas conversaciones a puertas cerradas para analizar los
problemas que hoy afectan al mundo árabe alcanzando importantes coincidencias.
Recientemente,
el presidente Trump rompió el precario equilibrio de poder en Medio Oriente al
aceptar unilateralmente un cambio en el estatus internacional de la ciudad de
Jerusalén y de los denominados Altos del Golán.
En
diciembre de 2017, los Estados Unidos conmovieron al mundo al reconocer a la
ciudad de Jerusalén como capital del Estado de Israel y trasladar su embajada a
la ciudad santa.
El
pasado 25 de marzo, Trump avanzó aún más. Al reunirse con el primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente estadounidense suscribió una
declaración en la que reconoció la soberanía de Israel sobre los Altos del
Golán.
Los
Altos del Golán constituyen un territorio estratégico de 1.200 kilómetros
cuadrados habitada por unos veinte mil drusos sirios y una similar cantidad de
colonos judíos asentados ilegalmente allí, contraviniendo las leyes internacionales.
Israel
se apoderó de los Altos de Golán durante la Guerra de los Seis Días, en 1967,
después de que Siria utilizara durante años la meseta estratégica para hostigar
las colonias judías en Galilea.
Israel
fortificó fuertemente las alturas instalando allí una unidad militar de élite
la “Brigada Golani” y creando asentamientos ilegales en el valle. Finalmente,
Israel se anexo esos territorios, en 1981, por una ley de la Knéset.
Marruecos
y Jordania fijaron una posición común con respecto a estos conflictivos temas
en la declaración conjunta que los reyes Mohammed VI y Abdala II suscribieron
al término de la visita del monarca jordano, declarando “que la defensa de Jerusalén y sus santuarios de todos los intentos por
cambiar su estatus histórico, legal y político […] tiene una importancia
primordial para los Estados.”
En el
caso de Siria, las partes destacaron el rol del mundo árabe en la solución de
la crisis siria por vía política y conforme a la resolución 2254 de la ONU.
“En virtud de las leyes internacionales,
las Alturas del Golán son territorios
sirios ocupados y las declaraciones sobre su pertenencia a Israel son
ilegítimas y violan el derecho internacional”, continúa la
declaración.
Tal
como señala el documento suscripto la “visita
ilustra sobre la profundidad de las relaciones de fraternidad, cooperación y
solidaridad que unen a los dos países hermanos en favor de la voluntad común de
los dos soberanos”, reza la nota.
Al dar
a conocer la declaración conjunta, el canciller marroquí Nasser Burita adelantó
cuál será la posición del Reino magrebí en la reunión de la Liga Árabe del
próximo domingo.
Burita
manifestó: “desde el punto de vista del
Reino de Marruecos, las relaciones con los países del Golfo, en particular con
Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, siempre han sido relaciones
históricas profundas. Marruecos siempre ha insistido en preservarlas y
reforzarlas”.
“A veces, podemos estar en desacuerdo en
ciertos temas, ya que la política exterior es una cuestión de soberanía. En
Marruecos, también se basa en principios y constantes”,
agregó.
Burita
señaló también que “la coordinación
debería hacerse en dos sentidos. No debe ser una carta sino que debe cubrir
todas las cuestiones importantes en el Oriente Medio y el Norte de África, al
igual que la crisis en Libia.”
En
esta forma, Burita destacó los lazos históricos de Marruecos como parte del
mundo árabe pero también la independencia del Reino para defender sus intereses
nacionales y su soberanía sin dejarse presionar por las intensiones hegemónicas
de otros Estados.
Por
último, cabe recordar que Jordania y Marruecos son considerados por los
observadores internacionales como los dos más firmes y confiables aliados de
los países occidentales en el mundo árabe, presentan el rostro más racional,
amable y moderno de las monarquías árabes, en contraposición de los más
conservadores reinos del Golfo Pérsico muchas veces vinculados a las
expresiones más radicalizadas del islam.
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