Guatemala y Eslovaquia se suman al
respaldo global a la propuesta de un Plan de Autonomía para la Región del
Sáhara, en el contexto de alianzas estratégicas forjadas por el Rey Mohammed VI
Por
Adalberto Agozino
Marruecos
continúa cosechando éxitos diplomáticos en su empeño por consolidar apoyos a su
“Propuesta para la Negociación de un Estatuto de Autonomía en la Región del
Sáhara”, presentada ante la ONU en 2007. En las últimas semanas, países de
diversas regiones, entre ellos Guatemala, Panamá y Eslovaquia, han expresado su
respaldo explícito al plan marroquí, en un movimiento que confirma el creciente
aislamiento del Frente Polisario y la pérdida de peso internacional de sus
tesis independentistas.
Estos
respaldos no son fruto del azar, sino el resultado de una sostenida estrategia
diplomática impulsada personalmente por el Rey Mohammed VI, quien ha situado la
cuestión del Sáhara en el centro de la acción exterior del Reino. Bajo su
liderazgo, Marruecos ha tejido una red de alianzas estratégicas que abarca
África, Europa, América Latina y el mundo árabe, consolidando la posición de
Rabat como un socio fiable, estable y con visión de futuro.
Guatemala
y la visión intercontinental
Uno
de los apoyos más significativos provino esta semana de Guatemala. Durante una
visita a la ciudad de Dajla, el embajador guatemalteco en Marruecos, Marco
Tulio Gustavo Chicas Sosa, destacó el potencial económico de la región y su
papel como “puente estratégico entre África y América Latina” gracias a
su ubicación atlántica y la visión regional promovida por el Reino. “Dajla
reviste una importancia particular para Guatemala, debido a su ubicación en el
corazón del Atlántico y a la visión marroquí orientada hacia África”,
subrayó el diplomático.
El
embajador centroamericano no dudó en elogiar la “dinámica de desarrollo”
de la zona y los grandes proyectos en curso, como el puerto atlántico y el
gasoducto panafricano, iniciativas que se inscriben en el marco de la
cooperación Sur-Sur impulsada por Mohammed VI. Estos proyectos no sólo
refuerzan la soberanía marroquí sobre el territorio, sino que lo integran
económicamente en el continente africano y lo vinculan con socios
latinoamericanos.
El
respaldo de Guatemala se hizo aún más visible cuando su delegación en el
Parlamento Centroamericano (PARLACEN) rechazó enérgicamente una declaración
pro-Polisario emitida por el vicepresidente del Grupo Parlamentario de
Izquierda, el nicaragüense José Antonio Zepeda. Guatemala tildó de “impropia
e ideologizada” la posición del diputado y reiteró su apoyo firme a la
soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. “Marruecos es un socio
estratégico clave en el fortalecimiento de los lazos entre África y Centroamérica”,
afirmó la delegación guatemalteca, liderada por el expresidente Alejandro
Giammattei.
El
respaldo europeo de Eslovaquia
El
frente europeo también ha sido reforzado. Eslovaquia y Marruecos firmaron
recientemente un memorando de entendimiento para establecer un mecanismo de
consultas políticas, en el que ambas partes reafirmaron su compromiso de
profundizar las relaciones bilaterales. En su declaración conjunta, Bratislava
y Rabat se comprometieron a reforzar el diálogo político, intensificar los
contactos interparlamentarios y cooperar en cuestiones clave como la seguridad,
el cambio climático y la migración.
Aunque
la declaración es prudente, en el marco de la diplomacia europea, la
implicación de Eslovaquia representa un espaldarazo más al enfoque marroquí, en
particular por el énfasis conjunto en la integridad territorial y la
estabilidad regional. Ambos países se congratularon, además, por el apoyo mutuo
de sus candidaturas al Consejo de Seguridad de la ONU para el periodo
2028-2029, lo que da cuenta de una visión compartida en temas clave del orden
internacional.
Una
diplomacia real con visión estratégica
El
rey Mohammed VI ha convertido la defensa de la marroquinidad del Sáhara en una
prioridad de Estado. La fórmula marroquí, basada en un estatuto de autonomía
amplio bajo soberanía nacional, ha sido calificada por múltiples actores
internacionales como la opción “más seria, creíble y realista” para
alcanzar una solución política duradera. Así lo expresó recientemente el
ministro de Exteriores de Panamá, Javier Martínez-Acha, quien durante una
visita a Rabat subrayó que la propuesta marroquí “debería ser la única
solución para el futuro”.
Los
apoyos que ha logrado Marruecos no solo consolidan su posición en los foros
multilaterales, sino que restan legitimidad al Frente Polisario, cada vez más
aislado y sostenido principalmente por Argelia. La decisión de varios países
latinoamericanos de romper relaciones con la autoproclamada e inexistente “RASD”
marca un punto de inflexión geopolítico en el que el plan de autonomía se
convierte, de facto, en la única alternativa viable sobre la mesa.
África
y América Latina, unidas por Dajla
En
este contexto, la bella ciudad – puerto de Dajla emerge como símbolo de la
nueva diplomacia marroquí: un enclave que proyecta la modernización del Sáhara
y lo convierte en plataforma de conexión entre continentes. La cooperación
Sur-Sur, la inversión en infraestructuras y el impulso a la integración
regional son las herramientas con las que Rabat pretende no solo resolver un
diferendo territorial, sino redibujar el mapa de alianzas globales.
Como
expresó el vicepresidente del Consejo Regional de Dajla-Ued Eddahab, Moulay
Boutal Lembarki, estas acciones son parte de “la iniciativa real para el
acceso de los países del Sahel al Atlántico” y una manifestación concreta
de la visión estratégica del monarca alauí.
El
Sáhara no es ya un tema marginal en la diplomacia internacional. Gracias a una
paciente y firme acción diplomática, impulsada por Su Majestad el Rey Mohammed
VI, Marruecos ha logrado situar su Propuesta de Autonomía en el centro del
debate global. Un logro indiscutible de la diplomacia real y un testimonio de
cómo la estabilidad y el desarrollo pueden ser, en sí mismos, herramientas de
soberanía.
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