Cada nuevo
reconocimiento al Plan de Autonomía propuesto por Marruecos constituye un nuevo
paso hacia la solución de este antiguo conflicto artificial.
Después de más de cincuenta años de un conflicto
artificial en el Sáhara una luz aparece asomándose al final del túnel: la
Propuesta para la Negociación de un Tratado de Autonomía presentado por el
Reino de Marruecos ante Naciones Unidas en 2007.
Esta Propuesta gana apoyos internacionales día a día.
Más de cien países a todo lo largo del mundo han expresado su apoyo a esta
propuesta que reconoce la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara. Incluso los
Estados Unidos y Brasil han reconocido la total soberanía de Marruecos en esa región
y lo han incluido en sus cartografía oficiales.
El último Estado en expresar su apoyo a dicha
propuesta es el Dinamarca que se ha convertido oficialmente en el decimoctavo
país europeo en apoyar la propuesta marroquí como el camino más creíble, realista,
posible y justo para solucionar este conflicto, sucediendo en este sentido a
Eslovenia.
Estos avances son fruto de la hábil diplomacia
orientada por el Rey Mohammed VI quién ha sabido construir un sólido entramado
de alianzas internacionales, incluso retornando a la Unión Africana para ocupar
un lugar central en las actividades de esta.
Al mismo tiempo, la sabia orientación del monarca
alauí, ha posibilitado el impresionante desarrollo sustentable que registra el
Reino de Marruecos en los últimos veinte años.
Mientras Marruecos avanzaba ganando terreno en el
escenario internacional, tanto el Frente Polisario como sus mentores en Argelia
han permanecido estancados en un discurso inmovilista que reclama la
realización de un referéndum que claramente resulta impracticable.
Las intransigencia del Polisario y Argelia y su
táctica de recurrir a carreras armamentistas, amenazas de guerra y acciones
armadas esporádicas e infructuosas, han contribuido al aislamiento
internacional y a la pérdida de aliados y apoyos externos.
Resulta evidente que, en la medida que la mayoría de
los países miembros de Naciones Unidas se inclinen por aceptar la Propuesta marroquí
de un Régimen de Autonomía, tarde o temprano el Polisario deberá aceptar terminar
con su intransigencia y abrir una negociación con el Reino de Marruecos o
quedar marginado de la agenda internacional solo arropado por un conjunto de
estados parias: Cuba, Venezuela, Rusia, Nicaragua y Corea del Norte. Países por
otra parte que no tienen el peso suficiente en el escenario internacional como
para apoyar la causa del Polisario y obtener algún tipo de avance.
Finalmente recordemos, que la Propuesta de un Régimen
de Autonomía es el único camino posible para la población saharaui que
permanece retenida, indocumentada y dependiendo de la ayuda internacional en
los míseros campamentos de la infamia en el sur de Argelia.
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