En un giro geopolítico trascendental,
Francia ha dado un paso firme al reconocer oficialmente la soberanía de Marruecos
sobre su Sáhara. Esta histórica ratificación consolida no solo la posición
internacional del Reino en relación con su integridad territorial, sino que
también simboliza el fortalecimiento de los lazos estratégicos entre Rabat y
París, bajo el liderazgo visionario del Rey Mohammed VI.
Una
declaración que refuerza una alianza estratégica
El
ministro francés de Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, ha reiterado
la posición de Francia, expresada al más alto nivel del Estado, de apoyo a la
soberanía de Marruecos sobre su Sáhara. “Hace unos meses, expresamos nuestra
visión del presente y del futuro del Sáhara Occidental, que se enmarcan en la
soberanía marroquí como consecuencia directa del plan marroquí de autonomía”,
dijo el jefe de la diplomacia francesa en una comparecencia, hoy miércoles,
ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional francesa.
“No
hay otras soluciones realistas y creíbles hoy en día”,
insistió. Esto se enmarca en “una solución política duradera y mutuamente
aceptable en las Naciones Unidas y apoyamos los esfuerzos de la ONU para llevar
a cabo este diálogo”, precisó Barrot, añadiendo que tendrá la oportunidad
de “hablar de este asunto dentro de unos días con mi homólogo marroquí
Nasser Bourita en París”.
La
confirmación por parte de Francia se inscribe en una dinámica global que
reconoce el enfoque pragmático y pacífico del Reino de Marruecos en la
resolución del diferendo regional sobre el Sáhara. Francia, tradicional aliado
del Reino, ha optado por reafirmar su apoyo a la propuesta marroquí de
autonomía como base seria, creíble y realista, en línea con el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas.
Mohammed
VI: Arquitecto de una diplomacia de influencia
Este
logro es, ante todo, resultado directo de la acción diplomática determinada,
coherente y proactiva del Rey de Marruecos Mohammed VI. Bajo su reinado,
Marruecos ha diversificado y fortalecido sus alianzas internacionales,
cimentando su papel como potencia regional y puente entre África, Europa y el
mundo árabe.
La
estrategia diplomática de Mohammed VI se caracteriza por la firmeza en los
principios, especialmente en lo que respecta a la soberanía nacional, y la
apertura estratégica a alianzas multilaterales basadas en el respeto mutuo, los
intereses compartidos y la estabilidad regional. Esta visión ha permitido a
Marruecos ganar apoyos claves, entre ellos Estados Unidos, España, Alemania e
Israel, y ahora, de forma inequívoca, Francia.
Una
relación franco-marroquí revitalizada
Más
allá del expediente saharaui, la decisión francesa reaviva una relación
bilateral rica y multifacética. Francia y Marruecos comparten vínculos
históricos, culturales, económicos y humanos profundos. En los últimos años,
las relaciones atravesaron momentos de fricción, pero esta declaración oficial
abre una nueva etapa de cooperación, basada en la confianza mutua y el
reconocimiento de los intereses estratégicos compartidos.
Sectores
como la seguridad, la lucha contra el terrorismo, el desarrollo económico, la
transición energética y la cooperación africana se verán reforzados con esta
nueva sintonía diplomática. Marruecos, gracias a su estabilidad política, su
dinamismo económico y su apertura continental, se posiciona como socio
privilegiado de Francia en África.
Repercusiones
regionales y globales
La
ratificación francesa tiene implicaciones geopolíticas de amplio alcance. Envía
una señal clara a la comunidad internacional sobre la viabilidad y legitimidad
de la propuesta marroquí de autonomía. Al mismo tiempo, aísla aún más las tesis
separatistas y refuerza la vía de una solución política, negociada y
definitiva, conforme a los parámetros de la ONU.
Además,
al alinear su posición con la de otras potencias globales, Francia contribuye a
la consolidación de una mayoría internacional favorable a la soberanía marroquí
sobre el Sáhara, lo que podría acelerar el desenlace de uno de los conflictos
más longevos del norte de África.
Una
victoria para la estabilidad y el desarrollo
La
posición francesa también es una apuesta por la estabilidad, la paz y el
desarrollo regional. Marruecos ha demostrado con hechos su compromiso con la
prosperidad del Sáhara, invirtiendo masivamente en infraestructuras, energías
renovables, conectividad y desarrollo humano. Las regiones de Laayún-Sakia El
Hamra y Dajla-Oued Eddahab son hoy modelos de desarrollo territorial y polos
emergentes de atracción de inversiones.
El
respaldo francés valida estos esfuerzos y los proyecta hacia nuevas
oportunidades de cooperación y codiseño de políticas de desarrollo inclusivo.
Reflexión
Final
La
ratificación de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara por parte de Francia
constituye un momento clave en la historia diplomática del Reino. Es, a la vez,
la coronación de una estrategia diplomática madura y constante liderada por el
Rey Mohammed VI, y el reflejo de una relación bilateral que renace con fuerza y
ambición. Este gesto no solo refuerza la posición de Marruecos en el escenario
internacional, sino que augura un futuro de colaboración renovada entre dos
naciones que comparten historia, valores y visión de futuro.