jueves, 7 de noviembre de 2024

Marruecos celebra el retorno de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos


 

El Rey de Marruecos Mohammed VI ha sido uno de los primeros líderes mundiales en felicitar al candidato republicano Donald Trump por su amplio triunfo en los comicios presidenciales de los Estados Unidos.

Contenido:

El Reino de Marruecos y los Estados Unidos tienen fuertes vínculos de amistad y cooperación que se remontan al momento en que el reino magrebí se convirtió en la primera nación del mundo en reconocer la independencia de las trece colonias americanas en 1776.

Actualmente, ambos Estados mantienen una asociación estratégica que se ha visto reforzada cuando en diciembre 2020, la Casa Blanca reconoció la integridad territorial de Marruecos declarando que el Sáhara era una parte inseparable del territorio marroquí y modificando su cartografía para reflejar este hecho.

En esta forma los Estados Unidos se convirtieron en la primera nación en reconocer la integridad territorial de Marruecos. Este hecho ocurrió precisamente durante la primera presidencia de Donald Trump.

Es evidente, que el triunfo de candidato demócrata es visto con optimismo y alegría en Rabat.

Es por ese motivo que el Rey Mohammed VI fue uno de los primeros líderes mundiales en felicitar al candidato republicano por su amplio triunfo en los comicios realizados el pasado martes 5 de noviembre.

En su mensaje de felicitación el monarca alauí señaló: Esta victoria es un “hermoso reconocimiento” del elevado nivel de patriotismo y del inquebrantable compromiso de Donald Trump con la defensa de los intereses de los Estados Unidos de América, amigo y aliado del Reino de Marruecos desde hace larga data.

El Reino de Marruecos y los Estados Unidos de América han forjado una alianza histórica y una asociación estratégica que no han hecho sino fortalecerse, subraya el Monarca, añadiendo que los valores compartidos e intereses comunes en una amplia gama de áreas han permitido a los dos países trabajar juntos para construir un futuro mejor para ambos pueblos, avanzar en sus relaciones y fortalecer su papel en el apoyo a la paz, la seguridad y la prosperidad en Oriente Medio, África y más allá.

Sin lugar duda, este regreso del presidente Trump a la Casa Blanca abre la oportunidad para que Marruecos ponga fin al conflicto artificial en el Sáhara, un diferendo que se arrastra desde los años de la Guerra Fría, y que ahora cuenta con una solución justa, realista y posible en la propuesta marroquí de negociación de un Estatuto de Autonomía.

El regreso a la presidencia de Donald Trump constituye una clara luz al final del túnel en lo que hace al Conflicto del Sáhara y para Marruecos, además, un importante refuerzo a su sistema de alianzas internacionales.  

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Trump retorna a la Casa Blanca


 

Con una amplia victoria electoral, el expresidente estadounidense Donald Trump retorna a la Casa Blanca para cumplir con su promesa de realizar MAGA, es decir, “Hacer a América Grande Otra Vez”.

Unas elecciones marcadas por la desinformación

Hasta último momento los medios tradicionales de prensa de Estados Unidos y sus repetidoras por todo el mundo trataron de instalar la idea de que Kamala Harris triunfaría en las elecciones presidenciales de ese país. La manipulación de la información era tan evidente que la cadena CNN parecía un comité demócrata.

Todos los periodistas progresistas insistían en que esa eran las elecciones más disputadas de la historia estadounidense y que las encuestas señalaban un resultado muy parejo en que podía imponerse, por un muy estrecho margen, cualquiera de los dos candidatos. Que tardaría mucho en conocerse los resultados y que probablemente la elección terminaría judicializándose, para lo cual ambos candidatos habían reclutado a un ejército de abogados.

También insistían en señalar que era una hora crítica en que estaba en juego la democracia en los Estados Unidos y por ende en todo el mundo. Incluso, algunos exagerados llegaban a comparar a Trump con Adolfo Hitler.

Nada más falso, Donald Trump se impuso claramente y por una considerable ventaja en los estados claves y los republicanos lograron controlar el futuro Senado y la Cámara de Representantes.

Las encuestas no estaban erradas solo que se difundían los sondeos que favorecía a Kamala, aun cuando su nivel técnico era muy cuestionable o simplemente se trataba de fake news.

Todos los día se publicitaba una y otra vez, el apoyo que ciertas personalidades del ámbito del espectáculo y el deporte brindaban públicamente a la candidata demócrata. Luego se demostraría que la admiración que la gente sentía por ciertos ídolos populares no incidía en su decisión al momento de emitir el voto.

Mientras se insistía en señalar los problemas del candidato republicano con la justicia por diversas causas y, al mismo tiempo, exagerando cualquier exabrupto en el discurso de Trump.

Ni el mismo río, ni el mismo hombre

El filósofo griego, Heráclito de Efeso, es recordado por señalar que nadie se baña dos veces en el mismo río. Indicando el cambio tanto en el río como en el propio hombre.

Esta sentencia debe considerarse detenidamente cuando se trata de anticipar las características de una nueva administración de Donald Trump.

Comencemos por señalar, que en su anterior campaña presidencial sus hijos Donald Jr., Ivanka y su yerno Jared Kushner tuvieron un protagonismo que no se ha repetido en esta ocasión. Tampoco están cerca de él los personeros de la “derecha alternativa”, como el polémico ideólogo Steve Bannon y los conspiranóicos seguidores de Breitbart News Network, o el abogado republicano y exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani que enfrenta serios problemas con la justicia por su comportamiento durante las elecciones de 2020. Tampoco tiene el mismo protagonismo dentro del entorno de Donald Trump, la National Rifle Association of América (Asociación Nacional del Rifle) que defiende la tenencia y portación de armas. Aunque esta organización mantuvo su apoyo al candidato republicano.

En 2016, Donald Trump era un empresario que se inauguraba en política y en la función pública como presidente. En 2024, Donald Trump es un político más experimentado que conoce bien cómo funciona el Estado y cuáles son los poderes y límites de un presidente estadounidense.

Cabe aclarar, que, lógicamente, el mundo de 2016 no es el mismo en 2024. Si se quiere es un mundo más complejo, que aún se está recuperando de la pandemia de 2020, donde se libran sangrientas guerras en Ucrania y Oriente Medio. La Rusia de Putin ha pasado a ser un Estado sancionado y China ha reforzado su presencia comercial en diversos países y sus alianzas internacionales.

Resta saber si Donald Trump apelará, como en su primera presidencia, a hombres provenientes de las Fuerzas Armadas para llenar cargos en su gabinete y si, también en esta ocasión, seguirá con su hábito de nombrar funcionarios y despedirlos al poco tiempo.

¿Un presidente de un solo mandato?

No parece un tema menor, aun cuando Trump no ha asumido la presidencia, preguntarse si permanecerá en la Casa Blanca un solo período o dos. Los presidentes estadounidenses tienen una sola reelección. Pero, Trump podría argumentar que como sus presidencias son discontinuadas él tiene derecho a repetir en 2028. Quién sabe si esta idea no ha cruzado por su mente.

Por otra parte, Trump asume con 78 años y en 2028 tendrá 82, una edad sumamente avanzada para ejercer un cargo tan exigente y demandante como la presidencia de los Estados Unidos, la gran potencia global. Además, no se sabe mucho de su estado de salud y los rumores acerca de ella no son muy halagüeños.

¿Por qué es importante saber si Trump aspirará a una nueva reelección en este momento? Porque un presidente que aspira a una reelección suele ser más moderado, conservador y reacio a pagar grandes costos políticos impulsando medidas radicales o polémicas. Mientras que un “presidente de un solo período” se fijara mucho menos en que costos políticos debe pagar para impulsar ese tipo de medidas. O sea, Trump adoptará las medidas más audaces sobre proteger a la industria americanas, buscará detener la guerra en Ucrania y el conflicto en Medio Oriente. También intentará contener la expansión comercial china en el mundo, o, por el contrario, si aspirara a un segundo mandato, moderará por el momento sus políticas más audaces para asegurarse la reelección.

¿Es Donald Trump la gran esperanza de Argentina?

En la Casa Rosada se vivió con optimismo el triunfo del candidato republicano. Donald Trump y Javier Milei tienen afinidad ideológica. Ambos son cofundadores del Foro de Madrid, el think tank conservador que impulsa el español Santiago Abascal.

Si de ideología se trata, resulta evidente que la Argentina de Milei es el país más cercano de Estados Unidos en América Latina. El presidente argentino ha reiterado que su política exterior se basa en una estrecha asociación con los Estados Unidos e Israel, en ese orden. Incluso acaba de expulsar de mal modo a su ministro de Relaciones Exteriores, la economista Diana Mondino, por no apoyar a estos países en una votación de Naciones Unidas sobre sanciones a Cuba.

Sin embargo, América Latina no parece figurar entre las prioridades de la Casa Blanca. Los temas centrales que aguardan al futuro secretario de Estado de los Estados Unidos son sin lugar a duda: Ucrania e Israel, luego posiblemente las relaciones con México, y finalmente con los países de la OTAN.

¿Qué lugar tendría en esa agenda la Argentina? Evidentemente, muy poco relevante. Algunos analistas en Argentina auguran que Trump y su aliado Elon Musk podrían impulsar algunas de las importantes inversiones que el país tanto necesita para impulsar su alicaída economía. Pero, para otros esto es poco probable. Lo más seguro podría ser que el futuro gobierno de Trump ejerza su influencia para conseguirle a Milei algún grado de tolerancia y posiblemente un préstamo significativo por parte del FMI, pero no mucho más.

No obstante, como decía Raúl Alfonsín, un dirigente político tiene la obligación de darle buenas noticias a la gente y mantener la esperanza, y es bueno que el presidente argentino así lo haga.

De todas formas, para Milei, tener importantes amigos en Washington no es nada malo. Por otra parte, en el panorama actual de América Latina el presidente argentino es el más próximo en todo sentido.

 

jueves, 31 de octubre de 2024

La Caída del Muro de Berlín y su impacto en América Latina. Un balance 35 años más tarde.

Muro de Berlín fue acompañada por  la implantación del Consenso de Washington, un cambio en el relato de las izquierdas y finalmente, en la implantación de gobierno populistas que invocaban el “socialismo del siglo XXI”.

Contenido:

La Caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989, marco en el mundo el fin de la Guerra Fría y abrió la esperanza de una era de paz con el fin de las guerras por procuración, el desmantelamiento del Pacto de Varsovia y el retiro de las fuerzas soviéticas de sus bases en Europa Oriental. Por fin, el mundo dejaba de estar con el dedo en el gatillo nuclear.

La reunificación alemana y el desmantelamiento de la Unión Soviética en quince estados independientes cambio radicalmente el escenario internacional.

En Harvard, Francis Fukuyama, inspirándose en el idealismo alemán de Friedrich Hegel, llegó a afirmar que la historia humana como lucha entre ideologías había concluido, para dar paso a un mundo basado en la política y la economía de libre mercado. Fukuyama adquirió notoriedad con su impactante artículo, en Foreign Affair, sobre “El fin de la Historia”.

El Consenso de Washington

En América Latina, la Caída del Muro y el fin de la Guerra Fría tuvieron efectos diversos sobre la economía, la política y el debate ideológico en los diversos países de la región.

Desde el derrumbe de la caída de la Bolsa de Nueva York, en 1929, la mayoría de los países de América Latina adoptaron una estrategia de desarrollo económico basado en la industrialización por sustitución de importaciones. Esta estrategia demandaba un marcado intervencionismo estatal en la economía.

Tal modelo económico comenzó a tornarse inviable en la denominada “década perdida” de los años ochenta en América Latina. Caracterizada por las restricciones de crédito externo para los países latinoamericanos impuestas por la deuda y el decrecimiento económico.

Lo que llevó, hacia el final de la década, al abandono de las estrategias estatistas y reguladoras para adoptar políticas liberales propiciadas por los organismos financieros mundiales: el FMI, el Banco Mundial, el BID y el gobierno de los Estados Unidos.

El economista estadounidense John Williamson, desde el Instituto Peterson, denominó a este proceso como el “Consenso de Washington”, una política que propiciaba la estabilización macroeconómica, la liberación del comercio internacional,  reducción del Estado, reforma tributaria, privatización de las empresas estatales, seguridad jurídica para los derechos de propiedad y la expansión de las fuerzas de mercado dentro de la economía interna.

Este proceso fue acompañado por la implementación de proyectos de integración económica regional que se estaban negociando desde hacía algunos años: el Mercado Común Centroamericano, el Pacto Andino y el Mercosur.

En 1994, durante la Cumbre de las Américas, en Miami, veinticinco jefes de Estado del Hemisferio se comprometieron a crear para el 2005 un área de libre comercio (el ALCA) que abarcaría desde el Yukón, en Canadá, hasta Tierra del Fuego, en Argentina.

El ALCA debía comenzar a funcionar a partir de la IV Cumbre de las Américas, realizada en ciudad de Mar del Plata, en Argentina, en 2005, pero en esa reunión entró en crisis debido a los cuestionamientos de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, al punto que el tratado nunca llegó a ser aplicado.

En esa Cumbre, el presidente argentino Néstor Kirchner, luego de organizar una “contracumbre”, llamó al presidente estadounidense George W. Bush en una reunión personal, “presidente hegemónico”.

Por el contrario, el 1° de enero de 1994, los gobiernos de los Estados Unidos, Canadá y México suscribieron el Tratado de Libre Comercio, que supuso la desaparición de barreras comerciales y de inversiones entre los tres países, y se contrajo el compromiso de eliminar progresivamente los aranceles agrícolas entre Canadá y los Estados Unidos hasta su desaparición en 1998 y en el 2008 para México.

Pese a la aplicación de estas políticas, la participación de América Latina en el comercio mundial nunca logró superar la barrera del cuatro por ciento.

Podría decirse que en América Latina la caída del Muro sepultó al Estado de Bienestar, las políticas liberales llevaron a la desregulación de los mercados laborales y a la descapitalización de los servicios de salud, educación y vivienda social.

Una década más tarde, según datos del BID y de la CEPAL alrededor de doscientos millones de los 446 millones de habitantes de la región eran pobres y el 20% vivía por debajo de la línea de pobreza extrema.

En la segunda mitad de la década de los noventa, América Latina se vio sacudida por las crisis económica. En 1994, México, el alumno más brillante y aventajado de las instituciones financieras internacionales entró en la llamada “Crisis del Tequila” que sembró pánico entre los inversores internacionales quienes orientaron sus créditos hacia mercados potencialmente más seguros y prometedores en Europa Oriental y Rusia, aprovechando la ventana de oportunidad que allí abrió la Caída del Muro.

Las crisis siguieron  con Brasil y la “Crisis Caipiriña”, también en 1994. La Argentina logró prolongar cierta estabilidad económica hasta el “corralito financiero” que terminó con la paridad cambiaria entre el peso y el dólar (la “convertibilidad” del ministro de economía argentino Domingo F. Cavallo, también autor del “corralito”) y provocó la renuncia del presidente radical Fernando de la Rúa, en diciembre de 2001.

Al momento de la Caída del Muro, en América Latina gobernaba un conjunto de presidentes que adhirieron e implementaron el Consenso de Washington y que tras unos años de gobierno exitosos, cuando cesaron las inversiones extranjeras, no pudieron sortear las crisis e incluso terminaron siendo procesados por corrupción y hasta encarcelados: Carlos Salinas de Gortari (01/12/1988 – 30/11/1994) en México, Alberto Fujimori (28/07/1990 – 21/11/2000) y Alejandro Toledo (28/07/2001 – 28/07/2006) en Perú; y Carlos S. Menem (09/07/1989 – 10/12/1999) y Fernando de la Rúa (10/12/1999 – 20/12/2001) en Argentina.

La crisis de los satélites soviéticos

La Caída del Muro de Berlín aceleró un proceso que se inició en 1985, cuando Mijaíl Gorbachov se convirtió en secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y lanzó sus políticas de Perestroika y Glasnost (reforma y transparencia).

Estas políticas fueron acompañadas de un drástico recorte en los fondos que el Kremlin destinaba a través de su Departamento Internacional al apoyo de los gobiernos y movimientos insurreccionales en el Tercer Mundo.

Es importante considerar cuál era la posición de Gorbachov con respecto a América Latina, tal como se la expresó, el 2 de diciembre de 1989, al presidente estadounidense George Bush, durante la cumbre que mantuvieron en La Valeta, Malta, tal como consta en el Archivo Digital del Wilson Institute, publicado por Juan Bautista “Tata” Yofre, en su libro: “Fue Cuba”[i]. Veamos los extractos más significativos de lo declarado por el secretario general del PCUS: “Ahora, en Centroamérica -dice Gorbachov-. Vemos cómo se percibe la situación en América Latina. Pero no está muy claro para nosotros. Qué quieres de Nicaragua? Hay pluralismo político en ese país, allí hay más partidos que en los Estados Unidos. Y los sandinistas, ¿qué clase de marxistas son? Esto es ridículo. ¿Dónde están las raíces del problema? En el centro están las cuestiones económicas y sociales. ¿Por qué los Estados Unidos no las ven? Usted dice que el problema principal en Nicaragua es la cuestión del poder. Bueno, habrá elecciones allí. Que las Naciones Unidas las supervisen. Hablando francamente, no es asunto nuestro.”

 

“En Cuba. Cuba nació sin nuestra ayuda. Más bien, fueron los Estados Unidos quienes jugaron algún papel en eso. Cuando nació la nueva Cuba, lo aprendimos de los periódicos. Pero no toquemos la historia. La cuestión ahora es cómo mejorar la situación actual. Hay un método simple y bien probado: uno tiene que hablar directamente con Castro. Debe aprender: nadie puede dominarse ante Castro. También tiene sus propias ideas sobre nuestra perestroika. Quiero enfatizar de nuevo: no estamos persiguiendo metas en Centroamérica. No queremos adquirir bases o bastiones allí. Usted debe estar seguro sobre esto.” […]

 

“La Unión Soviética no tiene planes con respecto a las esferas de influencia en América Latina. Esto fue y seguirá siendo el caso. Este continente está ahora en movimiento. Lo sabe mejor que yo. Estoy de acuerdo con usted: la tendencia general es positiva, democrática; Las dictaduras cederán paso a las formas democráticas, aunque se trate de democracias jóvenes, recién formadas, con la pesada carga del pasado, y su camino será difícil. Nosotros simpatizamos con estos procesos. No pretendemos interferir con lo que está sucediendo. En cuanto a Cuba, tenemos ciertas relaciones establecidas con ella; Se remontan a un cierto período de la historia caracterizado por bloqueos económicos, etc. Ahora nos gustaría transferir gradualmente nuestras relaciones económicas a una vía normal. No hay que olvidar que Cuba es un país soberano con su propio gobierno, sus propias ambiciones y percepciones. No nos toca a nosotros enseñar a Cuba. Que hagan lo que quieran”, agregó Gorbachov.

 

Esta declaración dejó a los Estados Unidos con la manos libres para actuar en Centroamérica. El 20 de diciembre de ese mismo año, 27.000 hombres de las fuerzas armadas estadounidenses lanzaron la “Operación Causa Justa”, la invasión de Panamá. Las fuerzas militares panameñas fueron desmanteladas y el dictador general Manuel Antonio Noriega se rindió dos semanas después y fue arrestado. Algo más de quinientos soldados y civiles panameños murieron durante el conflicto. En 1992, Noriega fue juzgado en los Estados Unidos por narcotraficante y condenado a una pena de 40 años de reclusión, bajo la acusación de estar relacionado con el Cartel de Medellín.

 

Las afirmaciones de Gorbachov al presidente George Bush se cumplieron aún después de la disolución de la Unión Soviética. El presidente Boris Yeltsin retiró las tropas rusas estacionadas en Cuba, en 1993, y luego cerró la base de recolección de información rusa de Lourdes, en la Isla.

 

Con el retiro de los soviéticos de América Latina, diversos grupos guerrilleros perdieron su acceso a campos de entrenamiento militar, su abastecimiento de armamentos y los recursos económicos con que financiaban sus acciones.

Por lo cual debieron acogerse a “procesos de paz y reinserción social y política”. En El Salvador, por ejemplo, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) firmó el 16 de enero de 1992, los Acuerdos de Paz de Chapultepec que pusieron fin a doce años de guerra civil.

En Chile, el Partido Comunista organizó el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en 1983, para llevar adelante la lucha armada contra la dictadura militar del general Augusto Pinochet Ugarte. El FPMR privado del apoyo soviético, gradualmente se atomizó en diversos grupúsculos terroristas tras el retorno de la democracia en Chile, con el triunfo de la Alianza Democrática, en 1990, que llevó a la presidencia al democristiano Patricio Aylwyn. Sus últimas operaciones de cierta envergadura fueron el asesinato del senador de la derechista Unión Democrática Independiente (UDI), Jaime Guzmán Errázuriz, el 1° de abril de 1991 y el secuestro, el 9 de septiembre de 1991, de Cristián Edwards del Río, uno de los hijos del dueño del diario El Mercurio, Agustín Edwards Eastman.

Los grupos terroristas que decidieron continuar con “la lucha armada” pasaron a financiarse con el cobro de “impuestos revolucionarios”, o sea extorsionando a las  empresas y pobladores; los secuestros extorsivos o directamente involucrándose en actividades vinculadas con el narcotráfico. Primero vendiendo protección a las organizaciones del narcotráfico, sicariato y finalmente encargándose directamente de la producción, tráfico y comercialización de las drogas.

Esto ocurrió en Colombia con las FARC y el ELN, en Perú con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, entre otros.

Fidel Castro, en Cuba, privado de la cuantiosa ayuda económica de los soviéticos y tras la pérdida de sus intercambios económicos a través del Consejo de Ayuda Mutua Económica del desaparecido Bloque Socialista, se vio obligado, en 1990, a implantar lo que se denominó como el “Período Especial en Tiempos de Paz” que provocó una brusca reducción en el PBI cubano del 40% en cuatro años.

La Isla, privada del petróleo soviético, debió volver a la tracción a sangre, se implantó un severo racionamiento de alimentos, productos de primera necesidad y hasta ropa a través de “libretas de abastecimientos”.

Los Estados Unidos, ansiosos por terminar con el comunismo en Cuba endurecieron sus sanciones económicas a través de las leyes Torricello (1992) y Helms – Burton (1996), esperando que en la Isla ocurriera algo similar a lo acontecido en Rusia.

No obstante, los hermanos Castro resistieron hasta hoy a costa de los terribles padecimientos extremos del pueblo cubano.

En Nicaragua, el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, con Daniel Ortega en la presidencia, sin el apoyo soviético y de los países de Bloque Socialista (especialmente de la asistencia de inteligencia que le brindaba el HVA -Hauptverwaltung Aufklärung o Directorio Principal de Inteligencia, es decir, el servicio de inteligencia exterior- de la desaparecida República Democrática Alemana) y de Cuba para hacer frente a las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y los ataques guerrilleros de “los Contras”; se vio obligado a convocar a elecciones libres, en 1999.

En esas elecciones, la candidata de la Unión Nacional Opositora, Violeta Chamorro  derrotó a Daniel Ortega por el 54,7% de los votos contra el 40,8% obtenido por el candidato sandinista.

El discurso de las izquierdas latinoamericanas

Si para los gobiernos comunista y los grupos insurreccionales de América Latina la Caída del Muro resultó una tragedia difícil de superar para las izquierdas de la región el efecto fue devastador que las sumió en un reflujo de masas que duraría más de una década.

Por un lado, perdieron los apoyos materiales que recibían del Departamento Internacional del PCUS desde Moscú en forma de dinero, participación en eventos internacionales, cursos de adoctrinamiento político, material de propaganda, apoyo político y diplomático, etc.

Por otra parte, el Departamento Internacional conducía a todos los partidos comunistas y grupos afines en todo el mundo fijando la interpretación oficial de la situación internacional y la de cada país en función de sus relaciones con Moscú. Esto reforzaba el “centralismo democrático” y a las conducciones, que se habían constituido con el beneplácito del PCUS, dentro de cada partido evitando la formación de líneas internas y camarillas.

Cuando desapareció la URSS, en 1991, brotaron como hongos las disputas internas y muchos dirigentes aprovecharon la oportunidad para apropiarse de fondos y bienes de los partidos comunistas. Muchos de estos partidos desaparecieron o quedaron reducidos a simples “sellos de goma”, carentes de militantes, recursos o votos.

Finalmente, lo más grave para las izquierdas fue la pérdida del “relato”. El discurso políticos que propiciaba al “modelo soviético”, como el camino histórico hacia una sociedad más justa, sin clases sociales y se explotación, se derrumbó irremediablemente con la imagen de miles de alemanes orientales huyendo de su “paraíso socialista” para arrojarse gustosos en los brazos de los explotadores capitalistas como si estos fueran sus salvadores.

La impactante revelación de la vida de privaciones y persecución política por la que atravesaba la población de estos regímenes políticos eliminó cualquier posibilidad seria de reivindicar a la Revolución de Octubre, al movimiento bolchevique y a sus sucesores soviéticos.

Frente a esta situación, las izquierdas debieron elaborar otro relato, una otra utopía que permitiera atraer a nuevos conversos para la revolución.

Para ello, las izquierdas apelaron a otros argumentos ideológicos en una acción aparentemente divergente, pero cuya finalidad era siempre la misma: posibilitar que una “vanguardia esclarecida” condujera la lucha política hacia la construcción de un “gobierno popular” (integrado precisamente por esos jóvenes dirigentes idealistas dotados de las ideas correctas) capaz de instalar un “socialismo del siglo XXI”, tal como lo denominaría el expresidente venezolano Hugo Chávez Frías.

Este socialismo del siglo XXI, según los países cambiaría de ingredientes, pero en general adhirió a los siguientes: la defensa de los derechos humanos; la reivindicación del indigenismo o de las culturas originarias; la defensa del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático; las políticas de género, la promoción del matrimonio gay y el derecho al aborto; la protección de los migrantes irregulares, la lucha contra todas las formas de discriminación, etc.

La reivindicación de los derechos de los denominados “pueblos originarios”, adquirió especial relevancia al celebrarse, en 1992, el Quinto Centenario del descubrimiento de América o de la llegada de Cristóbal Colón al nuevo continente.

La celebración llevó a reflotar “la Leyenda Negra” contra la colonización española del nuevo continente, generó propuestas tan disparatadas como la de demandar indemnizaciones por el oro y la plata que España se llevó de América.

En este orden de propuestas bizarras, en 2019, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) declaró: “Envié una carta al Rey de España y otra carta al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos.”

Como tanto el rey como el Papa se negaron a aceptar el insólito requerimiento del presidente mexicano. En 2024, el gobierno de México decidió excluir al Rey de España, Felipe VI, de la ceremonia de asunción de la presidencia del país por parte de Claudia Sheinbaum, sucesora de AMLO.

En 2013, la entonces presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ordenó retirar la estatua de Cristóbal Colón, donada por la comunidad italiana de Buenos Aires, con motivo del Centenario de la Independencia argentina, en 1910, situada a espaldas de la Casa Rosada mirando hacia el Río de la Plata.

En su reemplazó, ordenó colocar una estatua de la guerrillera boliviana Juana Azurduy, quien peleo contra la dominación española a comienzos del siglo XVIII.

Balance Final

La Caída del Muro de Berlín en América Latina posibilitó la implantación del Consenso de Washington, la instalación de gobiernos liberales que más tarde o más temprano terminaron fracasando en medio de la crisis económica y serias acusaciones de corrupción. El saldo positivo de la década de los noventa fueron los procesos de integración económica como el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México y el Mercosur creado inicialmente por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y al que se agregó más tarde Venezuela y otros países asociados como Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.

En ese contexto, las izquierdas de la región abandonaron el relato de la “defensa de la patria del socialismo” ante el derrumbe inocultable del camino soviético al socialismo pasando a un discurso que propicia un socialismo del siglo XXI basado en nuevos argumentos: la defensa de los derechos humanos, el indigenismo, las políticas de género y la defensa del medio ambiente.

Un discurso claramente antiliberal, anticapitalista y muy emparentado con la cultura woke.

El fracaso de los gobierno liberales también permitió el acceso al poder de líderes populistas como Hugo Chaves Frías, en Venezuela, Néstor y Cristina Kirchner en Argentina; Luis Inacio “Lula” da Silva en Brasil; Evo Morales en Bolivia; Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua y más tarde Andrés Manuela López Obrador en México; Gustavo Petro en Colombia y Gabriel Boric en Chile.

Tal como puede apreciarse, la Caída del Muro de Berlín dio paso a grandes transformaciones en América Latina.



[i] YOFRE, Juan Bautista “Tata”: Fue Cuba, Ed. Sudamericana. Bs. As. 2014.

miércoles, 30 de octubre de 2024


 El presidente francés Emmanuel Macron visita Marruecos para concretar la “asociación de excepción reforzada” entre ambos Estados.

Por Adalberto Agozino

Respondiendo a una invitación del Rey Mohammed VI, el presidente francés visitó Marruecos para lanzar la “asociación de excepción reforzada” entre ambos Estados y reiterar su apoyo a la marroquidad del Sáhara y al Plan de Autonomía presentado por el reino alauí en 2007 como la única solución política, justa, duradera y posible para poner fin a cinco décadas de un estéril conflicto.

Contenido:

El presidente de Francia, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron, arribaron el lunes en horas de la tarde a Rabat, para realizar una visita de Estado a Marruecos, por invitación del Rey Mohammed VI y abrir de ese modo una nueva y prometedora etapa en las relaciones bilaterales entre ambas naciones.

Marruecos y Francia mantienen una histórica relación después de la instalación colonial de un protectorado galo entre 1912 y 1956, además el país galo alberga una numerosa e influyente comunidad marroquí, estimada en un millón y medio de personas, dentro de su territorio. Cabe destacar que Marruecos forma la francofonía, una comunidad idiomática y cultural que cuenta con 320 millones de miembros y que podría incrementarse a 500 millones en 2050. Rabat ocupa el segundo lugar, después de El Líbano, en cuanto a la mayor red de educación francesa fuera de Francia.

Actualmente, Francia es el segundo inversor en Marruecos, después de España, y los acuerdos suscriptos en esta visita potenciaran aún más la relaciones económicas, políticas y culturales entre ambos Estados. Más de mil empresas francesas están presentes en Marruecos y Rabat es para Francia su primer socio económico.

Durante la visita del presidente galo se suscribieron 22 nuevos acuerdos que comprenden diversidad de temas, desde el transporte, a la energía y las migraciones, hasta la cooperación cultural.

Entre estos acuerdos destaca un pacto entre la ONCF y ALSTOM sobre el suministro de trenes de alta velocidad, un memorando entre el Grupo OCP y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) con 350 millones de euros en el ámbito de la descarbonización o un acuerdo entre el Gobierno del Reino de Marruecos y la Sociedad SAFRAN para la creación de instalaciones de mantenimiento y reparación de motores de aviones con un importe de inversión de casi 130 millones de euros.

Frente al Parlamento

En la segunda jornada de su visita, el presidente Macron tuvo la oportunidad de pronunciar un discurso ante el Parlamente marroquí.

En su alocución el ilustre visitante volvió a señalar que el presente y el futuro del Sáhara se inscriben en el marco de la soberanía de Marruecos sobre un territorio que le ha pertenecido históricamente como parte de sus provincias del Sur, comprometiéndose a apoyar los derechos innegables del Reino de Marruecos en los foros internacionales.

En esta forma, Francia ratifica una vez más su adhesión a los postulados marroquíes sobre su Sáhara sumándose a otras importantes naciones como los Estados Unidos, Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Israel, España y más de cien Estados de todo el mundo. Cabe señalar que de los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto, dos apoyan decididamente la soberanía marroquí del Sáhara y el Plan de Autonomía.

El mandatario galo también hizo referencia a las críticas contra Marruecos por parte de los partidarios del Frente Polisario, incluido el régimen de Argelia, que retiró a su embajador en París tan pronto como Francia anunció su decisión de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. 

Emmanuel Macron señaló ante los parlamentarios que la posición de Francia “no es hostil hacia nadie” y añadió que la nueva postura francesa sobre el Sáhara tiene raíces históricas y es respetuosa con la realidad.

En su alocución el mandatario francés calificó al Sáhara Marroquí como “una zona de inversión para las empresas francesas”.

El Sáhara marroquí cuenta con vastos recursos pesqueros, energéticos solares y eólicos, constituyen una zona estratégica para el crecimiento económico de Marruecos y del Norte de África, que avanza hacia las energías renovables y espera encontrar un lugar en el mercado del hidrógeno verde. 

Empresas francesas y marroquíes han comenzado a trabajar en el Sáhara marroquí, entre ellas el grupo energético francés Engie, que actualmente construye una planta desalinizadora de agua de mar en Dajla, en colaboración con la empresa marroquí Nareva.

Paralelamente, el ministro francés para Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, anuncio en rueda de prensa que su ministerio decidió modificar la imagen del mapa de Marruecos en su sitio web oficial para incluir el territorio del Sáhara como parte del reino marroquí. “Hemos respaldado estas palabras -señaló el ministro del presidente Macron- con acciones y me complace anunciar que el mapa de Marruecos ha sido actualizado en el sitio web del ministerio de Europa y de Asuntos Exteriores.”

Por último, el presidente Emmanuel Macron clausuró con un discurso el Encuentro Empresarial Marruecos – Francia donde calificó como un error la decisión de ciertas empresas francesas de abandonar el continente africano en los últimos años, ratificando que la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) seguirá financiando proyectos en el Reino Alauí, incluidos los realizados por empresas francesas en el Sáhara. Esta decisión del presidente galo constituye un desconocimiento y desafío a la reciente insólita y desacertada decisión del Tribunal General de Justicia de la Unión Europea con respecto a los convenios pesqueros y agrícolas suscriptos con Marruecos.

Cena de Honor

La culminación de la visita del presidente Frances fue una cena de gala en honor del presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte, como muestra de la convergencia amistosa surgida entre ambos líderes.

De la misma, junto al rey Mohammed VI, participaron los miembros de la familia real: el príncipe heredero Moulay El Hassan, el príncipe Moulay Rachid y las princesas Laiia Khadija, Laiia Meryem, Laiia Asmaa y Laiia Hasnaa. Además, asistieron los ministros del Gabinete Real e integrantes de la delegación oficial francesa.

La histórica visita del presidente de Francia Emmanuel que ha culminado hoy, se enmarca en la estrategia del Rey Mohammed VI de conformar una sólida red de alianzas internacionales que refuerzos sus derechos en el Sáhara, además de constituir un sólido primer paso muy prometedor para el desarrollo del Norte de África.

Por último la asociación de Excepción Reforzada entre Rabat y Paris consolida definitivamente la posición del Reino de Marruecos como la gran potencia regional de África.

viernes, 25 de octubre de 2024

¿Qué está pasando en las izquierdas iberoamericanas?


 

Por Adalberto Agozino

Los dirigentes de izquierda que más proponen políticas feministas y de género, más dicen luchar con la violencia hacia las mujeres, de Alberto Fernández a Iñigo Errejón, pasando por Evo Morales, enfrentan serias denuncias por golpeadores, abusadores y estupradores que llenan de estupor y desprecio a la sociedad.

En Argentina, la fuerza política que más se ha destacado en la defensa del feminismo, impulsado políticas de género, respeto e integración de la diversidad sexual y que más ha combatido a todas las expresiones de violencia de género, especialmente la violencia doméstica ha sido el peronismo en su versión del siglo XXI, el “Kirchnerismo”.

Uno de los adalides de la lucha contra la violencia de género, fue precisamente el expresidente Alberto Fernández (2019 – 2023) quien, a esos efectos, al comienzo de su gestión creó el ministerio de la Mujer.

El mandatario incluso inauguró ese ministerio con un encendido discurso contra la violencia de género.

Pero, tan solo seis meses después de concluido su mandato, la opinión pública mundial se vio sacudida por las imágenes de la pareja presidencial, Fabiola Yáñez, presentando graves golpes en su rostro y moretones en otras partes de su cuerpo. Fotografía halladas accidentalmente por la justicia argentina en el celular de la histórica secretaria del expresidente, durante una investigación por hechos de corrupción en la contratación de seguros.

Aún cuando el caso de violencia de género en contra de Alberto Fernández, aún se encuentra en etapa procesal ante la justicia, la opinión pública ya lo condenó.

Si el caso de Alberto Fernández fuera el único, podría decirse que se trata de excepción que confirma la regla, pero no es así.

El 18 de junio de 2024, la justicia argentina condenó a 16 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos al senador y exgobernador kirchnerista de la provincia de Tucumán, José Alperovich.

Alperovich fue condenado por entre nueve y diez delitos de tentativa de abuso, abuso simple, abuso agravado con acceso carnal efectuado contra un sobrina a quien contrató como secretaría.

Otro caso importante afecta al intendente kirchnerista del populoso partido bonaerense de La Matanza (cuenta con 325,71 km² de territorio, donde viven 1,8 millones de personas) Tomás Fernando Espinoza. El intendente enfrenta una seria acusación por abuso sexual presentada ante la justicia, en 2021, por quien fuera su secretaria privada, la modelo Melody Rakauskas.

Pese a esta acusación y otras denuncias por fraude contra la administración pública, abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios públicos y/o malversación de caudales, el intendente Espinoza se negó a pedir licencia y sigue ejerciendo su cargo.

Mientras que el Partido Peronista, no solo guardó silencio sobre el tema sino que lo sube a la tribuna partidaria en todos los actos de campaña organizados por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, como una suerte de respaldo tácito.  Mientras que otros funcionarias kirchneristas de menor rango que sufrieron este tipo de acusaciones en su contra fueron discretamente forzados a dejar sus cargos.

Pero, esta conducta escandalo y repudiable no es patrimonio exclusivo del kirchnerismo de la Argentina.

En Bolivia, el expresidente y dirigente cocalero Evo Morales (2006 – 2019) enfrenta acusaciones de estupro y trata de menores por haber tenido un hijo, en 2017, con una niña que en ese entonces tenía quince años, según afirmó el Fiscal General del Estado, Juan Lanchipa.

Al momento de escribir este artículo, Bolivia se encuentra semiparalizada con las carreteras bloqueadas por las protestas del campesinado, que desde hace nueve días pide “el cese de la persecución judicial” contra el líder del Movimiento al Socialismo, un partido integrante de la esfera ideológica del “socialismo del siglo XXI”.

Para no ser menos, este doble discurso de algunos personajes de izquierda que dicen una cosa y hacen todo lo contrario, cumpliendo con el viejo refrán castellano de “en casa de herrero cuchillo de palo”, también se ha hecho presente en la izquierda española.

El diputado y portavoz de Sumar, Iñigo Errejón, quien en 2014 fue uno de los fundadores de Podemos y estrecho colaborador de Pablo Iglesias se ha visto obligado a anunciar su retiro de la vida pública a los 40 años, derribado por las acusaciones de “violencia machista”, maltratos psicológicos y abusador sexual, incompatibles con su condición de legislador y líder de un espacio político que hace del feminismo una de sus banderas más importantes.

El caso de Errejón demuestra que el machismo y los abusadores no son patrimonio exclusivo de la izquierda sudamericana, sino un problema más extendido.

Es evidente que algunos movimientos de izquierda que dicen luchas por un lugar más justo en la sociedad para las mujeres primero deben limpiar, sin temor a las consecuencias sus “establos de Augías”, suprimiendo a los abusadores y corruptos encaramados a sus estructuras de conducción se sienten impunes y dan rienda suelta a sus instintos más oscuros.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Malas noticias para el Frente Polisario



La república sudamericana de Ecuador ha decidido terminar con la farsa de la supuesta República Árabe Saharaui Democrática y retiro su reconocimiento a esta entidad fantasma.

Ecuador ha decidió incorporarse al conjunto de los países racionales y realistas que desconocen las pretensiones de los separatistas del Frente Polisario de constituir una supuesto Estado sin territorio ni soberanía.

La llamada República Árabe Saharaui Democrática es una entidad artificial impulsada por Argelia y el Frente Polisario que nunca fue reconocida como Estado por Naciones Unidas.

Sin embargo, durante los años de la Guerra Fría, dicha entidad logró cierto reconocimiento internacional debido al apoyo de la Unión Soviética, los países del Bloque Socialista y algunos Estados del Tercer Mundo donde existían gobierno ideológicamente afines a este bloque.

Después de la caída del muro de Berlín, la desaparición del Pacto de Varsovia, el Bloque Socialista y la desintegración de la Unión Soviética, la RASD comenzó gradualmente a perder apoyos internacionales.

Este proceso se aceleró en la última década, cuando comenzó a tomar mayor fuerza el entramado de alianzas internacionales forjado por Su Majestad, el Rey Mohammed VI de Marruecos.

Muchos países realizaron un acto de realismo diplomático y terminaron con la farsa de una contraprestación de gentilezas diplomáticas que le permitía a la RASD un pequeño juego internacional abriendo falsas embajadas y designando supuesto personal diplomático.

Hoy este reconocimiento se esta reduciendo cada día más, no obstante algunos aliados de Argelia como Cuba, Venezuela, Bolivia, Irán y Rusia mantiene la farsa.

Ecuador había realizado ese reconocimiento en 1983 y en el país andino funcionaba una supuesta embajada de la RASD que ahora deberá ser cerrada y sus miembros retirados.

Lo cierto es que la decisión adoptada por el Ecuador constituye un nuevo y serio revés para el Frente Polisario en sus intentos internacionales de presentarse como único representante de los intereses y deseo de la población saharaui. En los últimos años han surgido otros grupos saharauis, como el Movimiento Saharaui por la Paz, que impulsan propuestas más realistas, justas y posibles para solucionar el conflicto artificial en el Sáhara.

Esto hace que día a día, Argelia y el Frente Polisario se hallen más aislados internacionalmente sin encontrar el camino para revertir esa situación.

En esta forma, el Frente Polisario no ha encontrado otra estrategia que retomar el camino de las acciones terroristas. Como el ataque con misiles efectuado el 30 de octubre de 2023 contra la ciudad marroquí de Smara, en las provincias del Sur, que dejó el saldo de un saharaui marroquí muerto y tres heridos. La historia ha demostrado que este tipo de ataques terroristas no conducen a ningún lado.

Por cierto, el Frente Polisario esta en un camino de violencia que no lo conducirá a nada productivo, lo aislará internacionalmente aún más y conducirá a una solución al Conflicto en el Sáhara.

martes, 15 de octubre de 2024

Significativo discurso del Rey Mohammed VI en la apertura de las sesiones legislativas


  

El Rey de Marruecos Mohammed VI aprovecho el discurso inauguración pronunciado en la apertura de las sesiones del Parlamento marroquí para referirse una vez más a la situación en las provincias del Sur.

El Rey Mohammed VI dejó inaugurada la primera sesión del cuarto año legislativo de la undécima legislatura con un trascendental discurso donde se refirió principalmente a la situación imperante en el Sáhara marroquí donde un conflicto artificial sobre la soberanía de ese territorio está entrando en su etapa final.

El monarca alauí aprovecho la ocasión para agradecer tanto a los Estados Unidos de América como ha Francia por su reconocimiento de la integridad territorial del Reino y agregando una especial referencia a España por su apoyo al plan de autonomía,  poniendo así fin a medio siglo de un conflicto artificial motorizado por las ambiciones geopolíticas de Argelia.

Seguidamente, el Rey Mohammed VI hizo extensivo su reconocimiento y agradecimiento a los países hermanos árabes y africanos, que apoyaron decididamente la integridad territorial marroquí, con especial énfasis en aquellos que abrieron sus oficinas consulares en las ciudades de El Aaiún y Dakla, como así también a los países que desarrollan actividades económicas y de inversión en ese territorio.

El Rey de Marruecos reiteró que la única solución realista justa y posible para poner fin definitivamente al conflicto artificial en el Sáhara es la propuesta de autonomía presentada por el Reino ante Naciones Unidas en 2007 y que cuenta con el apoyo de más de cien Estados en todo el mundo.

“A pesar de los logros alcanzados -advirtió Su Majestad-, la próxima etapa requiere, de todos nosotros, una mayor movilización y vigilancia para seguir afianzando la posición de nuestro país, dar a conocer la justicia de nuestra causa y hacer frente a las maniobras de nuestros enemigos.”

“En este marco, habrá que explicar los fundamentos de la posición marroquí a los pocos países que siguen yendo en contra de la lógica de la verdad y de la historia, obrando por su persuasión con las pruebas y argumentos jurídicos, políticos, históricos y espirituales que confirman la legitimidad de la marroquidad del Sáhara”, concluyó el monarca.

Finalmente, el Rey de Marruecos hizo público su agradecimiento a los diplomáticos y a las distintas instituciones marroquíes quienes con su esfuerzo denodado y sus sacrificios cotidianos han hecho posible que la justa causa nacional de todos los marroquíes alcanzara los éxitos que hoy exhibe.

Para concluir, cabe destacar el hecho poco usual en África donde un jefe de Estado abre normalmente las sesiones parlamentarias de once legislaturas consecutivas en un clima de estabilidad y plena vigencia de las instituciones constitucionales del Estado.

Es precisamente, el clima de estabilidad y plena gobernabilidad lo que ha permitido a Marruecos alcanzar los grandes logros de su crecimiento económico y concretar la defensa de su integridad territorial.

Sin lugar a duda, estos logros son patrimonio de todos los marroquíes, pero especialmente, el resultado de la gran acción de gobierno que ha llevado a cabo en los últimos 25 años el Rey Mohammed VI.